Las y los estudiantes están interactuando cada vez más con la IA generativa, ya sea para realizar sus trabajos escolares, entretenerse o socializar. En un mundo digitalizado en que estamos expuestos a una vorágine de contenidos, es fundamental desarrollar el pensamiento crítico para que las y los estudiantes sean capaces de tomar decisiones responsables y éticas.

Las y los adolescentes del mundo están interactuando con tecnologías de IA generativa (IAGen) en su vida cotidiana en ámbitos como la educación, el entretenimiento y las redes sociales. En España, la 6ª edición del estudio de Empantallados.com y GAD3, titulado “Educar en la era de la IA. 7 habilidades necesarias en un entorno cambiante”, constata que un 85% la usa al menos una vez a la semana. Los principales usos que le dan a la IA son la búsqueda de información (80%) y para estructurar trabajos escolares (68%). Asimismo, uno de cada tres adolescentes la utiliza para hablar sobre temas personales o decisiones importantes.
En el mismo estudio, en torno a un 40% de los profesores afirma haber observado que sus estudiantes han utilizado la IA para generar respuestas sin entender conceptos o para evitar hacer el trabajo autónomamente. En tanto, los padres y profesores que hacen un uso mayor de la IA perciben mayor desafío en la necesidad de formar en las habilidades críticas y creativas, mientras que los que hacen un menor uso, temen al aumento de la desinformación.
En Chile, la octava Radiografía Digital de Niños, Niñas y Adolescentes, desarrollada por ClaroVTR junto a Criteria, evidenció que el 87% de adolescentes que declaran interactuar con la IA, lo hace con fines de aprendizaje, principalmente para hacer tareas escolares, siendo las aplicaciones más usadas ChatGPT, Google y Gemini. Paralelamente, casi la mitad de las y los adolescentes que utiliza la IA, lo hace con fines de entretenimiento.
La Política Nacional de Inteligencia Artificial reconoce que los sistemas de IA están cambiando el mundo e impactando la forma de actuar de las generaciones presentes y futuras de niños, niñas y adolescentes (NNA).

Juan Carlos Maldonado, profesor de Tecnología del Colegio Amanecer San Carlos y diplomado en IA aplicada a la Docencia: vivimos inmersos en una sociedad hiperconectada, con múltiples estímulos tecnológicos y una gran cantidad de información, por lo que se hace necesario desarrollar la capacidad de discernir: saber cuáles de esas informaciones son reales, cuáles son falsas.
La Política Nacional de Inteligencia Artificial propone fomentar el uso responsable de IA, con la finalidad de resguardar que el desarrollo de estos sistemas no vulnere los derechos de NNA. Específicamente, plantea fomentar la alfabetización digital en IA y el pensamiento crítico desde edades tempranas.
¿Por qué es clave el pensamiento crítico?
La Alianza Global de Nuevas Pedagogías para el Aprendizaje Profundo, liderada por Michael Fullan y Joanne Quinn, define el pensamiento crítico como la capacidad de evaluar información y argumentos, ver patrones y realizar conexiones, construir conocimiento profundo y aplicar ese conocimiento en el mundo real para tomar decisiones.

Josefina Gutiérrez, coordinadora del proyecto HumanIA, indica que el pensamiento crítico cobra relevancia desde una perspectiva de derechos.
Participar plenamente en la sociedad actual implica estar alfabetizados digitalmente, y la inteligencia artificial debe formar parte de ese proceso. De manera más específica, niños, niñas y adolescentes están cada vez más expuestos a contenidos, mensajes y discursos producidos con o por inteligencia artificial. Es fundamental que aprendan a identificar estos contenidos, discernir las intenciones detrás de ellos, y diferenciar lo verdadero de lo falso.
De este modo, para la especialista, el desarrollo del pensamiento crítico no solo les permite analizar la información de manera más profunda, sino también cuidarse a sí mismos y a otros: resguardar su privacidad, su identidad digital y su integridad.
Noemí Crosby, Ingeniera de Machine Learning en el Centro Nacional de Inteligencia Artificial (CENIA), señala que es muy importante considerar que la IA generativa no cuenta con pensamiento crítico, solo reproduce información según se le solicite, por lo que esta debe utilizarse como un complemento informativo para la alimentación de las ideas generadas por humanos a través del pensamiento crítico.

Con esto quiero decir que la IAGen es una muy buena herramienta para encontrar información relevante a un tema, por lo que es muy útil para la investigación de tópicos específicos, pero el cómo uno se aproxima a estos tópicos debe ser elaborado previamente por el usuario para llegar a información que realmente será útil para nuestro caso particular. Por ejemplo, yo podría estar preguntando a la IAGen por horas por información sobre el Sistema Solar, pero solo obtendré información que me ayude a comprender el tema si le hago preguntas comprensibles y que involucren los subtemas que me interesan, por lo que debo cuestionarme de forma crítica qué necesito saber para tener información útil.
Oportunidades de la IAGen
De acuerdo con Josefina Gutiérrez, comprender cómo funciona la IAGen y saber utilizarla son aspectos fundamentales para fomentar el pensamiento crítico. Una dimensión clave de la alfabetización digital es justamente aprender a interactuar con estas herramientas, explorar sus posibilidades creativas y entender qué implica un uso consciente y significativo.
“En este sentido, la escuela tiene un rol central. Puede generar espacios donde el uso de la inteligencia artificial se articule con la producción de conocimiento, fomente el desarrollo de habilidades diversas y, al mismo tiempo, habilite usos creativos, atípicos o incluso contraculturales que enriquezcan la experiencia educativa y promuevan una mirada crítica sobre la tecnología”, sostiene.
Para facilitar el desarrollo del pensamiento crítico, Noemí Crosby, propone que las y los estudiantes evalúen el desempeño de la IAGen de forma colaborativa a partir de una respuesta. Posteriormente, que dialoguen sobre qué aspectos de esta respuesta están correctos, cuáles están incorrectos, si es que faltó información y cómo se podría mejorar la respuesta final.
“Es muy importante recalcar que las respuestas de una IAGen no son infalibles y asistirlos en que puedan ser capaces de encontrar tanto las fallas lógicas como las alucinaciones (información inventada por la IAGen) al momento de usarlas. Esto también los ayudará a aprender a cuestionarse la calidad de una respuesta, qué puntos son necesarios para tener respuestas correctas y como identificar información que no esté fundamentada o evidenciada correctamente”, sugiere.
Para el docente Juan Carlos Maldonado, lo ideal es que las y los estudiantes no solo sean consumidores de información, sino que puedan procesarla, cuestionarla y argumentar por qué una afirmación es válida o no, y construir así una postura crítica frente a lo que reciben de su entorno.
En su caso, ha incorporado herramientas de IAGen en el aula, principalmente como apoyo para iniciar procesos de análisis y reflexión. Por ejemplo, evalúan críticamente una información generada con IA, validando las fuentes. “Para la validación de fuentes, recomiendo el uso de herramientas como Perplexity, ya que ofrece respuestas actualizadas y cita de forma clara las fuentes utilizadas, lo que facilita la verificación de información”, añade el docente.
De igual manera, ha trabajado con el uso de IA para identificar y analizar sesgos presentes en medios de comunicación, así como para detectar noticias falsas o mitos que circulan sobre ciertos temas. Para ello, sus estudiantes deben investigar, argumentar y analizar la información desde distintos puntos de vista, comparando lo que aparece en diferentes medios de comunicación.
Y es que en su opinión, las herramientas de IA deben verse como un apoyo, siempre bajo la guía del docente.
Recursos recomendados |
|