En este día queremos de visibilizar y reconocer la labor fundamental que cumplen las y los Técnico en Educación Parvularia en la educación inicial, tanto en los cuidados, el desarrollo socioemocional y las actividades pedagógicas.

Cada año, el 28 de agosto, celebramos en Chile el Día de la Técnico en Educación Parvularia, quienes son agentes clave en este nivel educativo, contribuyendo activamente al bienestar y desarrollo integral de los niños y niñas en sus primeros años de vida.
Patricia Salinas y Carla Díaz nos cuentan sobre sus experiencias y la vocación que tienen en la educación y cuidados de niñas y niños.
Para Patricia, es importante traspasar el conocimiento a las nuevas generaciones de técnicos, "siempre busco transmitirles que se acerquen a las y los párvulos, que los escuchen, que simpaticen con ellos, para crear un vínculo de confianza y así ellas y ellos les cuenten sus necesidades, ya que estamos presentes tanto en el aula y en los espacios de juego, como el patio".
Carla, agrega que las y los técnico deben entregar herramientas para las familias y cuidadores, como el autocuidado, la higiene y compartir con estos las actividades que se realizan en las aulas. "Para mí proporcionar estos recursos es fundamental para lograr una conexión entre el jardín y las familias".
La educación parvularia es el inicio de la trayectoria educativa y un derecho de la niñez. Este espacio es indispensable para niñas y niños, en este desarrollan habilidades cognitivas y sociales, además de ejercer su ciudadanía jugando y participando en las experiencias de aprendizaje junto a sus pares y adultos significativos. Por ello, la asistencia diaria a la sala cuna, jardín infantil o escuela es esencial para su proceso educativo.
De acuerdo con el Informe de caracterización de la Educación Parvularia 2024, el total de Técnicos en Educación Parvularia es de 64.894, quienes se desempeñan a lo largo de todo el país. Ellas y ellos cumplen el rol de colaborar con la educadora en la planificación, ejecución y evaluación de actividades pedagógicas, además de velar por el bienestar físico y emocional de las y los párvulos desde los 0 a los 5 años.
Para mejorar la experiencia de la educación parvularia, la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI) publicó el Plan estratégico 2023 – 2026, que surge de una consulta que recoge la mirada de más doce mil funcionarias y funcionarios de la institución, incluyendo a las y los técnicos en educación parvularia, y establece una ruta de trabajo para concretar los objetivos de trabajo.
Entre estos, se encuentran dos compromisos que atañen a las y los trabajadores, apuntando a: promover la calidad de vida, clima laboral y salud mental de los equipos, para favorecer espacios bien tratantes y el plan de desarrollo de competencias (capacitaciones/ entrenamientos).
Funciones principales de la Técnico en Educación Parvularia
Dentro de los quehaceres de estas y estos profesionales se encuentran la colaboración en la planificación y desarrollo de actividades; observación y registro de los avances de niñas, niños; cuidado y atención integral; vinculación con las y los párvulos y sus familias; creación de ambientes de aprendizaje; trabajo colaborativo, entre otros.
Pero, más allá de las tareas pedagógicas y de cuidado, las y los técnicos en educación parvularia cumplen un rol profundamente significativo en la vida de niñas y niños. Su labor no solo consiste en contener emocionalmente en momentos de necesidad, sino también en establecer rutinas que entregan seguridad y confianza. A través de su acompañamiento, enseñan a mantener interacciones de calidad, realizan juegos positivos que inspiran alegría y aprendizaje, y fomentan la comunicación como puente para expresar emociones e ideas. Asimismo, contribuyen a propiciar relaciones provechosas con las familias, fortaleciendo la alianza entre el hogar y la escuela, y generando un entorno para que niñas, niños y guaguas crezcan rodeados de afecto, cuidado y oportunidades para desarrollarse plenamente.
Historias de cuidado y aprendizaje
Patricia Salinas, Técnico en Párvulo, tiene 44 años de experiencia, lo que le han permitido desempeñarse y mejorar día a día. “Estos años me han enseñado a ser una buena técnico y me siento muy orgullosa de ello”.
Patricia se inició en jardín infantil en 1981, y ahora se desempeño en colegio, con estudiantes de 1° y 2° básico. Hasta el día de hoy, a sus 65 años sigue ejerciendo y formándose continuamente. Ha sido monitora, está constantemente apoyando a las nuevas profesionales y continúa aprendiendo de sus colegas.
Por otra parte, recalca que lo que más se necesita hoy es empatía con la llegada de niñas y niños de todas partes del mundo, que tienen diferentes maneras de aprender. "Por ejemplo, los materiales tienen otro nombre, lo que hay que visibilizar cuando hacen manualidades. También las comidas son distintas y eso a veces es complejo, pero con atención y cariño se puede lograr que consuman sus alimentos. Por ello, trabajar la inclusión es fundamental, no hacer diferencias, y apoyar a las educadoras en esta labor", concluye.

Me gusta contarles cuentos y dramatizarlos, cantarles y bailar. Amo esta profesión y me alegro mucho que se nos considere como parte importante en la educación inicial de niñas y niños, y lo principal, dejar un lindo recuerdo a nuestras niñas y niños
De acuerdo con la experiencia de Carla Díaz, Técnico en Educación Parvularia, es fundamental el conocimiento sobre el desarrollo infantil, las prácticas pedagógicas, la empatía, una actitud proactiva y el trabajo en equipo. Asimismo, la creatividad, la capacidad de comprender las necesidades emocionales de niñas y niños, aplicar habilidades para adaptarles a los cambios y desafiar su entorno educativo con un enfoque inclusivo, son herramientas esenciales, que cada técnico en educación parvularia debiese promover y entregar a las familias.
En cuanto a políticas públicas, Carla hace hincapié en otorgar financiamiento para ayudar a las familias y cuidadores/as, que muchas veces no manejan conocimiento en terapias o no cuentan con apoyo psicológico. Que puedan capacitarse en el conocimiento de la formación, de los valores y sobre las evaluaciones que se trabajan y estén al tanto de los proyectos que se realizan en las aulas.
Al respecto, añade que "ojalá se creen políticas públicas que inviertan en ello y además haya una supervisión hacia las familias, que es muy importante para que podamos llevar un buen trabajo y entregar buenas herramientas a cada niña y niño. Creo que sería una forma súper gratificante de continuar formando a niñas niños y seguir apoyando a las familias".

Lo que más me gusta de mi labor es la formación técnica y valórica para la atención de las y los párvulos. Es muy gratificante participar y apoyar en las evaluaciones de los procesos de aprendizaje y colaborar con mi educador para la toma de decisiones pedagógicas. Educar y cuidar de niñas y niños es una pasión que me llena.