Ya está disponible el nuevo programa formativo desarrollado por educarchile y el Área Estratégica de Atención a la Diversidad de la División de Educación General (DEG) del Ministerio de Educación. Esta propuesta busca entregar herramientas a las y los técnicos y profesionales en educación para fortalecer habilidades que les permitan brindar apoyos adecuados, promoviendo así el bienestar, la autonomía progresiva y la participación activa de las y los estudiantes en su vida escolar.
¿Has pensado que en cada jornada escolar ocurren múltiples acciones esenciales? Comer el almuerzo, beber agua, ir al baño y desplazarse por el patio o los pasillos de la escuela, son acciones que se realizan día a día y son fundamentales para el desarrollo personal. En la literatura especializada, estas tareas cotidianas esenciales son conocidas como Actividades de la Vida Diaria (AVD) y están orientadas al cuidado personal básico que permiten el mantenimiento de la salud, la seguridad y la independencia funcional de una persona (Edemekong et al., 2025).
Apoyar la ejecución de estas acciones es clave para estudiantes que por diversos motivos no pueden efectuarlas de manera autónoma. Para ello, se requiere la participación de personal técnico capacitado, capaz de ofrecer apoyos pertinentes y respetuosos.
Es así como el trabajo de las y los asistentes técnicos de la educación es fundamental para garantizar el derecho a participar plenamente del proceso educativo. Con empatía, paciencia y cuidado, sostienen tareas vinculadas a la alimentación, la movilidad, el vestuario y la higiene, permitiendo que niñas, niños y jóvenes puedan integrarse con plenitud a la vida escolar y desenvolverse en condiciones de equidad junto a sus compañeras y compañeros.
Educación Inclusiva y Derechos Humanos
Francisca Cabrera, Coordinadora del Área Estratégica de Atención a la Diversidad de la División de Educación General del Ministerio de Educación, destaca la vinculación directa entre la Educación Inclusiva y Derechos Humanos, señalando que la inclusión constituye la materialización del derecho fundamental a la educación para todas las personas, sin discriminación y bajo principios de equidad e igualdad de oportunidades.
Este principio está consagrado en instrumentos internacionales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos (artículo 26), la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (artículo 24) y la Convención sobre los Derechos del Niño (artículo 28), los cuales establecen que la educación debe garantizar el pleno desarrollo del potencial humano y la participación en la sociedad.
“La educación se considera fundamental porque permite el desarrollo integral de la personalidad, promueve el respeto a los derechos humanos y constituye una herramienta poderosa para superar la pobreza y reducir las desigualdades. En esta misma línea, el Objetivo de Desarrollo Sostenible N°4 de la Agenda 2030 refuerza este compromiso al plantear la necesidad de garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”, explica.
Desde el enfoque de Derechos Humanos, las y los asistentes técnicos actúan como agentes de equidad y apoyo, colaborando en la identificación, reducción o eliminación de las barreras que dificultan la inclusión educativa. Al trabajar colaborativamente con docentes y otros profesionales, aportan una mirada práctica, humana y comprometida, que da sentido al principio fundamental de que todas las personas tienen derecho a aprender, participar y desarrollarse plenamente en igualdad de condicione, logrando una Educación Inclusiva.
Claves para el acompañamiento
En el curso “Acompañamiento en Actividades de la Vida Diaria: fortaleciendo la autonomía en el contexto educativo” desarrollado por educarchile y el Área Estratégica de Atención a la Diversidad de la División de Educación General (DEG) del Ministerio de Educación, con la colaboración de Liliana Ramos Abadie y Constanza San Martín Ulloa, académicas de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales (UDP), se abordan estas temáticas.
El programa entrega orientaciones prácticas y criterios fundamentales para acompañar a las y los estudiantes en las Actividades de la Vida Diaria desde un enfoque que busca fortalecer la autonomía progresiva, evitando la sobre ayuda y promoviendo la participación activa y el protagonismo de cada estudiante en su propio desarrollo.
“Una estrategia clave es ajustar los apoyos de manera gradual, ofreciendo mayor asistencia al inicio y retirándola progresivamente a medida que los y las estudiantes adquieren mayores niveles de independencia. Asimismo, es fundamental favorecer entornos accesibles, seguros y acogedores que posibiliten el desarrollo de actividades de alimentación, higiene, vestuario, desplazamiento o juego en condiciones de dignidad, seguridad y confianza”, puntualiza Francisca Cabrera.
El diálogo constante, la comunicación positiva y la validación de las decisiones de niños, niñas y estudiantes son componentes esenciales para promover su autodeterminación, entendida como la capacidad de elegir, opinar y participar en las decisiones que afectan su vida escolar y personal.
¡Súmate a este aprendizaje y contribuye a construir comunidades educativas más inclusivas, accesibles y humanas! Porque cada decisión y cada gesto cotidiano puede marcar la diferencia en la trayectoria de un niño, niña o joven.
