El Modelo Pionero es un enfoque educativo orientado a fortalecer las habilidades de aprendizaje, socioemocionales y del siglo XXI. En la feria educativa 2025, conversamos con estudiantes y docentes de tres establecimientos sobre los desafíos que abordaron a través de sus proyectos y los aprendizajes construidos a lo largo del proceso.
Una verdadera celebración de la creatividad estudiantil se vivió el 27 de noviembre en el GAM. La Feria Modelo Pionero 2025 de Fundación Anglo American reunió a más de 60 equipos de estudiantes y docentes provenientes de 40 establecimientos, que presentaban sus proyectos en coloridos stands con energía y entusiasmo. Afiches, maquetas, prototipos, experimentos y productos diseñados por niñas y niños, reflejaban la identidad de cada iniciativa.
Este modelo se ha venido implementando desde 2017, invitando a los establecimientos a transformarse en centros de innovación educativa, para mejorar el mundo de sus estudiantes y el de sus comunidades.
Así, mientras aprenden ciencias, humanidades, arte, entre otras disciplinas, mediante metodologías como el Aprendizaje Basado en Retos (ABR) o el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), las y los estudiantes establecen un vínculo con el territorio y desarrollan proyectos que ofrecen soluciones reales a problemáticas de su entorno.
Aprendizajes significativos
En la jornada, conversamos con representantes del proyecto “Ahorra y Valora”, que promueve la educación financiera, desarrollado por estudiantes de 7° y 8° básico de la Escuela Básica G-N° 346 Santa Matilde de Tiltil. Durante la presentación, Sofía, una de las estudiantes del grupo de trabajo, explicó que todo empezó debido al desconocimiento que tenían sobre los ingresos, egresos y cómo ahorrar, la curiosidad por saber sobre este ámbito marcó el inicio de esta iniciativa.
“Aprendí que el dinero cuesta y que debemos saber cómo administrarlo e invertir para no tenerlo estancado. También, hicimos libretas para tener anotados nuestros gastos y ser más conscientes de cuánto le pedimos a nuestros padres”, resalta Sofía. Su compañero, Simón, aprendió durante el proceso sobre la importancia de tener un buen historial crediticio: “Por eso aprendimos sobre las tarjetas de crédito y débito. Por ejemplo, si a los 18 años sacamos una tarjeta de crédito tenemos que crear un historial crediticio limpio si queremos conseguir una hipoteca, ya que con esa información el banco predice lo que podría pasar a futuro”.
La profesora de matemáticas, Solana Morales, indicó que la iniciativa los ayuda a tener una noción realista del costo de la vida en general: “El propósito es que aprendan a realizar operaciones matemáticas en la vida cotidiana, en algo simple como comprar alimentos”.
Maite, Araxa y Víctor, fueron los representantes del 7° básico y su proyecto “Hablemos claro ¡No es no!”, que aborda la temática de la violencia en el pololeo. En el stand dispusieron los juegos de mesa elaborados por su curso, con el fin de divertirse, aprender y educar sobre esta problemática.
Natalia Cortés, profesora de tecnología y encargada de Convivencia Escolar del establecimiento, señaló que este trabajo nació por un caso puntual sobre violencia sexual entre jóvenes. “Debido a esto se dieron cuenta de la importancia de hacer visible esta temática con la familia, cómo abordar la sexualidad y no normalizar la violencia”.
Respecto al propósito y a los aprendizajes obtenidos, Maite añadió que “queríamos sensibilizar, aclarar y proporcionar herramientas para este tipo de relaciones y enseñar sobre los problemas y advertencias que podían ocurrir en el pololeo. Gracias a este proyecto aprendí muchas cosas, como los tipos de violencias que yo no sabía que existían, como la verbal y económica”.
La Escuela Ema Lobos Reyes de Panquehue, también formó parte de esta feria. Gabriel, Anaís, Amanda y Cristóbal, estudiantes de tercero básico, junto a Alma Córdoba, profesora jefe y la educadora diferencial Angielh Amador, expusieron el proyecto ABP “El jardín de cuentos: cultivando historias y biodiversidad”, un libro que contiene 17 cuentos escritos por niñas y niños.
“A esta edad, a muchas niñas y niños les cuesta motivarse con la lectura y escritura, ya que se aburren con facilidad. El Modelo Pionero nos desafió a pensar una propuesta distinta y aprovechamos la naturaleza que nos rodea, recorrimos senderos con árboles nativos y aprendimos cómo cuidarlos. A partir de esas experiencias, cada estudiante eligió un árbol, lo dibujó y luego escribió un cuento para compartir con la comunidad escolar”, relató Alma Córdova.
“Primero hicimos una ruta del tesoro, donde tuvimos que buscar árboles de nuestro pueblo. Después, fuimos a un vivero y nos enseñaron sobre plantas, frutos y muchas cosas más. Y, además, hicimos trekking en el cerro La Victoria”, describió Amanda, como parte de los pasos que los llevaron a descubrir y plasmar sus experiencias en estos cuentos. Gabriel expresó que “aprendimos a valorar el arte de nuestros compañeros, a escribir y leer más rápido y mejor. También aprendimos de los libros, de los árboles y mucho de las flores”.
Anaís comentó que eligieron este tema para aprender más sobre los árboles y plantas de su localidad. En referencia a lo mencionado por su compañera, Cristóbal reafirmó sus palabras, destacando que “antes no lo hacíamos, nos subíamos a los árboles, pero ahora respiramos a los árboles y cuidamos de los seres del mundo”.
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