El cerebro tiene restricciones que nos impide recordar todo lo que leemos o escuchamos, pero existen técnicas para que tu memoria logre retener los contenidos nuevos por un tiempo más duradero.
¿Te imaginas si en tu Facebook o Instagram tuvieras más de cien mil contactos? Es difícil que alcances tantas conexiones, pues demandaría mucho esfuerzo mantener una relación comunicativa con todos esos conocidos o amigos. Sin embargo, las neuronas de tu cerebro sí son capaces de alcanzar ese número de contactos con sus semejantes, comunicándose mediante señales eléctricas, en un proceso denominado sinapsis neuronal.
La sinapsis es fundamental para la memoria y el aprendizaje, al igual que la neurogénesis, que nos permite generar nuevas neuronas. Y si bien nuestro cerebro es maravilloso, debemos estar conscientes que este órgano tiene restricciones que afectan la memoria. Así lo afirma Daniver Morales, neurobiólogo y académico del departamento de biología de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), quien expuso sobre estrategias de aprendizaje y memoria en el Festival Cambalache organizado por esta Casa de Estudios.
Los límites del cerebro
El profesor sostiene que una de las restricciones es el gran gasto energético que se produce tras efectuar una labor intelectual como estudiar. Aunque el cerebro es liviano -pesa entre 1.200 y 1.500 gramos-, éste gasta el 20% de nuestra energía si es que estamos leyendo o escribiendo, por lo que tras una hora de estudio estamos realmente cansados.
En relación a la atención efectiva, ésta es limitada. Al contrario de la creencia popular, los seres humanos carecemos de la capacidad de concentrarnos en más de una tarea al mismo tiempo. A esto se suma que en promedio, podemos retener y repetir hasta siete dígitos (nuestro número telefónico es más fácil de recordar que el RUT).
Además, existe la curva del olvido: “Si revisamos una noticia y no la volvemos a leer dentro de un mes, vamos a recordar muy poco contenido. La memoria tiene una incapacidad para retener durante largo tiempo si es que no repasamos la información. La curva del olvido es una restricción del cerebro que debemos considerar a la hora de planificar nuestras sesiones de aprendizaje”, explica Daniver Morales.
Trucos para no olvidar
Una de las estrategias para superar la curva del olvido y lograr un aprendizaje profundo, es la asociación. “Cada vez que estamos frente a un nuevo texto de estudio o algo que queremos aprender, podemos relacionarlo con algo que ya está en nuestra memoria de largo plazo. Una de las técnicas es establecer una asociación entre nuevos contenidos con partes del cuerpo que ya conocemos”, indica el docente.
Una segunda técnica es concentrarse en lo simple alternando con lo complejo. “Es bueno oscilar y no concentrarse en aprender sólo lo simple o sólo lo complejo. Cuando estudiamos algo complejo y no lo comprendemos del todo, nuestro cerebro sigue trabajando cuando vamos a dormir. A veces encontramos soluciones cuando estamos durmiendo porque el cerebro sigue operando”, señala Daniver Morales.
Una tercera estrategia entregada por el docente, es hacer oscilaciones entre un pensamiento completamente focalizado y tener periodos de concentración dispersa, es decir, no estar concentrado en nada particular, como pasear al perro o escuchar música, para sacar al cerebro de la saturación.
Y dado que nuestro cerebro es especialista en integrar, para Daniver Morales “lo más apropiado para el aprendizaje significativo es utilizar múltiples sentidos, conectando la parte motora con la afectividad. Es bueno ocupar el tacto, la audición, la visión y moverse, cada vez que corresponda”, enfatiza el especialista, añadiendo que esto se conoce como aprendizaje multimodal.