La convivencia escolar es un factor sumamente relevante al momento de aprender. Un buen clima escolar permite aprendizajes más profundos y fomenta el sentido de pertenencia a una comunidad educativa, lo que deriva en vínculos sanos, mayor asistencia y un ambiente propicio para la enseñanza.
En la comuna de Ñuñoa, durante una mañana nublada, nos dirigimos a la Escuela Juan Moya Morales. A pesar del clima frío, al ingresar, observamos a niñas y niños practicando Educación Física con mucho entusiasmo. Su director, Manuel González, nos recibió en su oficina con mucho interés de compartir las actividades de la escuela.
Antes de comenzar la entrevista, nos ofreció café, haciéndonos sentir muy cómodos con su amabilidad. En esta escuela, dijo, siempre nos saludamos, es parte de nuestra cultura tratarnos con respeto y cariño. Pudimos percartarnos de la cercanía de quienes conforman parte de los equipos educativos, y también con las y los estudiantes, que saludaban de manera muy cercana al director en el patio del establecimiento.
Esta realidad no es casual, es parte de un trabajo arduo, donde cada profesional colabora y formando un sólido equipo que avanza hacia los mismos objetivos. Poco a poco han construido un sustento para el buen trato, la sana convivencia, el respeto y el cariño. Nuestra labor en esta visita fue conocer estas prácticas y compartirlas con ustedes.
Prácticas para la buena convivencia
Durante el periodo de pandemia, así como en muchas otras escuelas, se percataron que las necesidades socioemocionales de sus estudiantes eran muchas y muy relevantes. El director comenta que “gran parte de las y los estudiantes eran criados o cuidados por sus abuelas y abuelos, de los cuales varios fallecieron a causa del Covid. Entonces, se nos desplomaron una gran cantidad de niñas y niños”.
Con más de 280 intervenciones a estudiantes y sus familias a finales del año 2020, el equipo directivo y docente buscó una forma de abordar esta situación a nivel de comunidad, más allá de la individualización de cada caso. Es así, que transformaron la rutina de lectura matinal que a diario realizaban todos los niveles antes de ingresar a clases, en el Programa de Lectoescritura Socioemocional (PLESE).
Este programa consiste en lecturas intencionadas sobre temáticas para el desarrollo de habilidades socioemocionales, preparadas por el equipo de convivencia escolar. El material, en formato de guías, es entregado a las y los docentes quienes lo aplican en un espacio de lectura grupal, donde se responden las preguntas planteadas en el texto y se reflexiona en conjunto.
Los resultados en la convivencia escolar y las relaciones en la comunidad han mejorado significativamente, pasando de 280 a 30 intervenciones durante el primer año de aplicación. Por ello, se ha instaurado de forma definitiva en el establecimiento. “El PLESE no es una actividad que queda en el aire. Lo monitoreamos y evaluamos, lo que nos permite tener claridad sobre qué temas hay que ahondar, cuáles están mejor instalados, qué cursos hay que intervenir o a qué casos individuales poner más atención”, enfatiza el director Manuel González.
Este espacio les permite socializar lo que les sucede, y al mismo tiempo, las y los compañeros pueden empatizar con él o la estudiante que cuenta un problema y darle un buen trato. Es tal el nivel de confianza y contención que se ha generado en el programa, que estudiantes se han atrevido a contar situaciones personales muy difíciles y como escuela nos hemos comprometido con ello.
PLESE 2023
Actualmente, el PLESE se realiza todas las mañanas en los niveles de Kínder a 4° básico y de 5° a 8° un día fijo a la semana, además de las horas de orientación que corresponden a cada curso. Víctor Tillería, psicólogo educacional de la escuela y parte del equipo de convivencia que lo planifica, destaca que esta ha sido una oportunidad para aprender sobre la convivencia humana, comprender que el conflicto es algo natural que hay que enfrentar sin miedo y trabajar para prevenirlo.
Por lo general, en las escuelas cuando hay temas de convivencia se actúa de manera reactiva, es decir, hay un conflicto, vamos a ver qué pasó y a poner las sanciones correspondientes. El PLESE nos ha ayudado a dejar de administrar la violencia y ponernos en posición de gestionar el conflicto.
Según menciona Víctor, este programa ha dado un soporte para gestionar de manera pedagógica la convivencia, promocionar el buen trato y prevenir el conflicto. Además, menciona que las temáticas tratadas son específicas para cada nivel, de acuerdo con sus edades y también a las necesidades que tenga cada curso, por ejemplo, si hay algún problema en particular. A partir de este diseño, las y los docentes aplican las actividades, que posteriormente son evaluadas a nivel de escuela.
Finalmente, el director señala que el propósito es mejorar las relaciones entre pares a nivel de comunidad, pero que también ha impactado de forma colateral en la comprensión lectora, lo que significa un avance para niñas y niños con dificultades en esta área, acercándolos a la lectura de manera amable en un espacio en el que se sienten libres, incluidos y comprendidos.
