La salud mental y el bienestar docente es un tema de suma relevancia para la educación y debido al panorama actual que surge del retorno a clases presenciales luego de 2 años de clases a distancia, ha brotado una necesidad urgente de abordar este aspecto en las comunidades escolares.
Dentro de este contexto los desafíos que se plantean son, sin duda, extensos y complejos para los establecimientos y quienes forman parte de ellos. Es por ello que, en alianza con el Ministerio de Educación y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, nos propusimos plantear la necesidad de tratar y generar acciones para mejorar la salud mental y el bienestar docente en el webinar titulado ¿Cómo fortalecemos el bienestar y salud mental docente?
En esta instancia, participó el Coordinador Nacional de Convivencia para la Ciudadanía del Ministerio de Educación, Juan Pablo Álvarez, quien abordó la temática desde la perspectiva de la Política de Reactivación Educativa Integral #SeamosComunidad, la cual asume la Convivencia, bienestar y salud mental como uno de los 5 pilares fundamentales para la mejora educativa.
Para lograr avanzar en este aspecto, Juan Pablo planteó que “necesitamos cuidarnos para cuidar y que nos cuiden para cuidar, por ello debemos trabajar desde los distintos elementos que conforman la educación y, de este modo articular acciones para mejorar el bienestar y la convivencia escolar”.
En esa misma línea, el Coordinador Nacional de Convivencia para la Ciudadanía, recalcó la importancia de la participación y la colaboración: “promover el bienestar y la salud mental en las comunidades es corresponsabilidad, todos podemos promover acciones, todos los estamentos debemos participar, generar comunidades de cuidado. Nos necesitamos a todas y todos”.
Para ello, el expositor mencionó algunas de las acciones que se llevarán a cabo, como la formación y cuidado en salud mental para docentes, asistentes de la educación, equipos multiprofesionales y directivos. También, el fortalecimiento de dispositivos y canales de derivación y seguimiento para casos de atención especializada.
En este espacio, también participó Verónica López, directora del Centro de Investigación para la Educación Inclusiva y del Programa de Apoyo para la Convivencia Escolar de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, quien abordó la temática desde su ponencia “Del bienestar individual al bienestar colectivo: claves para el diseño de políticas para el bienestar docente”.
De acuerdo con lo planteado por Verónica, es indudable que el panorama actual ha generado efectos en la salud mental de docentes y estudiantes. Esto genera un clima complejo, ya que si las y los docentes se encuentran en mal estado emocional esto repercute en los estudiantes. Sin embargo, la especialista plantea que “los problemas no se deben individualizar, ya que estos suceden en un contexto: "No es recomendable permanecer en el nivel de protocolos y contención, ya que esa paz es efímera”, sostiene.
La propuesta de López es “pasar del autocuidado y la gestión al cuidado mutuo y colectivo. Para ello, se deben dar ciertas condiciones, como garantizar la conectividad para todos, fomentar el trabajo en equipo con las escuelas, territorios y familias. En este punto, hay que tener en cuenta que las y los docentes tienen una creatividad enorme que no se debe perder, por ejemplo: se pueden generar formas de trabajo en base a proyectos, lo que implica experiencias más enriquecedoras para la comunidad”.
Para realizar cambios duraderos y consistentes se necesita entregar más espacio para el trabajo intersectorial, donde participen los diversos estamentos del establecimiento, comenta la directora del Centro de Investigación Educación Inclusiva. “Se requiere tiempo para formar un relato de comunidad, para comprender que estamos juntos en esto, para ello es necesario modificar los tiempos escolares”, enfatiza.
Por otra parte, agrega que se debe pedagogizar la convivencia escolar, bajando a la base de la pirámide del Modelo de convivencia para atender, prevenir y erradicar la violencia escolar, que propone la transformación de prácticas pedagógicas y de gestión, lo que conduciría a un ambiente escolar más positivo que sea duradero en el tiempo, y no actuar solamente desde la contención y la resolución de un conflicto en particular. De este modo, se genera un trabajo en equipo, donde la colaboración y el apoyo colectivo es clave para progresar en la convivencia y el bienestar de la comunidad, posibilitando una mejora en la salud mental de las y los docentes.
Si quieres profundizar en esta temática y las propuestas planteadas, te invitamos a revivir el webinar ¿Cómo fortalecemos el bienestar y salud mental docente?